Hace ya un tiempo leí un reportaje sobre un libro, «Automating Inequality: How High-Tech Tools Profile, Police and Punish the Poor», que se tradujo en España como «La automatización de la desigualdad», es un libro del año 2018 y ahora con motivo de este primer reto semanal, me ha venido a la mente.
Su autora, Virginia
Eubanks, se nutre de la experiencia de tres personas que han
experimentado las consecuencias negativas decisiones tomadas por programas
informáticos de los servicios públicos de Estados Unidos.
Y el aporte más importante que
realiza la autora, es que estas decisiones no afectan por igual a toda la población,
sino que afectan perjudicando con mayor énfasis, al estrato más pobre de la
sociedad. De manera que estas decisiones (que aunque tomadas por algoritmos
informáticos, estos lo único que hacen es aplicar la voluntad de los hombres
que así los han diseñado) cronifican las situaciones de pobreza de los
individuos afectados.
La
toma de decisiones automatizadas tiene un alcance mucho mayor y es probable que
tenga peores repercusiones que los mecanismos no digitales de épocas
anteriores.
Y
tenemos que ser conscientes de que esta automatización, se envuelve en una
mejora de productividad, en una universalización de servicios accesibles antes
solo a unos pocos. A una reducción de costes que permite que más personas se
beneficien, ahí tenemos el acceso a volar que hace menos de 30 años solo era
para un estrato social de clase media–alta. O servicio de inversión en bolsa
que ahora pueden disfrutar una gran franja de población que antes no podían,
por sus costes acceder a ellos.
Sin
embargo, en estos días estamos asistiendo a peticiones de personas, aquí mismo
en España, que no tienen acceso a las nuevas tecnologías, a que sus bancos no
retiren las sucursales de sus pueblos. Porque todos somos conscientes de que
estas aplicaciones informáticas, también traen la atención automatizada en la
que no hay «una persona al otro lado del teléfono». Caídas de servicio y fallos
generalizados a la hora de realizar solicitudes o cargar documentos en dichas
aplicaciones.
Me he
querido centrar en esta discriminación, para este módulo 1, porque es esta una
discriminación que van a sufrir muchas personas que hasta ahora pensaban que
ellos no tenían ningún problema para convivir en su «sociedad», y que ahora, de
repente, se darán cuenta de que los están «echando» o que «no tienen acceso» a
su entorno y que estaban a «salvo» con sus privilegios.
Ya se
está estableciendo una separación en la sociedad entre «analfabetos digitales»
y «nativos digitales». Pero no parece los más adecuado, que sean las propias
administraciones, las que con sus programas informáticos hagan crecer estas
barreras.
La
administración digital, está ya plasmada en las leyes y es obligatorio para las
empresas utilizar los medios digitales para establecer sus contactos con la
administración. Pero los que trabajamos en la Administración, tenemos la
tentación de pensar que todo el mundo puede acceder a nosotros mediante correo
electrónico o registros telemáticos. Yeso, por desgracia, además de no ser
verdad, crea bolsas de personas discriminadas.
Todos
hemos podido leer, como durante la pandemia, servicios como el SEPES indicaban
que era necesario solicitar cita previa, que solo se podía hacer por ordenador
porque la atención telefónica no funcionaba. Y este servicio es utilizado por
personas sin empleo, jubilados etc. Quizás los que más necesitan que no se les
pongan trabas para superar sus problemas.
Este
tipo de discriminación que tendríamos que calificar de indirecta, puede que no
lo sea tanto, si detrás está el pleno conocimiento de que ciertas personas por
su edad, origen, formación, falta de recursos materiales.., van a quedar fuera
de los servicios que esas aplicaciones van a prestar en el sector público.
Y por
qué no considerarla a todas luces como interseccional. Yo creo que no solo
debemos considerarla así, sino que los grupos que se ven afectados por la unión
de varios factores se escapan incluso de lo que a primera vista podríamos
imaginar.
No
vislumbro cual puede ser un camino para evitar esta nueva forma de
discriminación, porque es evidente que el mundo futuro es un mundo digital y en
él como en toda la historia de la humanidad habrá personas favorecidas y las
que no lo serán, pero eso no quita que no debamos de tener el foco en ello y
buscar una solución todos los días.
Hasta
el próximo reto.
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